viernes, 6 de febrero de 2009

DECÁLOGO PARA UN BUEN DESCANSO DEL BEBÉ

1. No dejar al bebé en la cuna cuando esté despierto durante el día.
2. Tenerlo en brazos al menos tres horas durante el día, mientras esté tranquilo y no porque llore. Mecerlo y consolarlo siempre que lo necesite. Jugar con él, estimularlo, darle mucho afecto y dedicarle tiempo.
3. Establecer ritmos fijos en las horas de acostarlo y levantarlo, comer, pasear, bañarlo...
4. Que el sueño no parezca un castigo o una separación. Persuadir al pequeño de que dormir es una recompensa, una necesidad y un placer.
5. La rutina de acostarse debe proporcionar una sensación de seguridad cálida, con actividades tranquilas. Para hacer patente esta rutina, si el niño es un poquito más grande utilizaremos una señal, que puede ser cuando termine tal programa de televisión o cuando las agujas del reloj lleguen a determinado lugar.
6. Establecer un ritual a la hora de acostarlo, con un cuento, una canción, mimos y sus objetos de consuelo: un muñeco, un pañal, etc.
7. El contacto físico lo tranquiliza. Antes de acostarlo, podemos tomarlo en brazos y hablarle suavemente mirándolo a los ojos, mecerlo, tararear una canción de cuna... Cuando se tranquilice, sin esperar a que se duerma, podemos acostarlo en su cuna y permanecer un ratito a su lado, acariciarlo, tomarle una mano, hablarle en voz baja. Al bebé más grandecito podemos leerle un cuento, recitarle rimas, mostrarle fotos. Si le agrada, le daremos su chupete y su osito.
8. Cuidar que esté cómodo para la noche: pañal limpio, buena temperatura, pijama adecuado, silencio, oscuridad...
9. Después de un rato agradable con él, despedirse siempre con las mismas palabras y dejarlo en su cuna antes de que se duerma.
10. No cansarlo con la idea de que así dormirá mejor. Cuanto más agotado esté, peor noche pasará.
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